jueves, 5 de junio de 2014

Poesía siglo XVIII. Tres muestras



A Pedro Romero, torero insigne. Nicolás Fernández de Moratín

Lo que más llama la atención de la actitud de Moratín padre en su poesía, es la combinación del sentido academicista y el gusto por determinadas fiestas populares. Se ajusta perfectamente su ideología a las bases del despotismo ilustrado, ya que a pesar de tener una capacidad reformista defiende al poder de las críticas de los más agitadores. Tradicionalismo y reformismo se ponen de manifiesto en parte de su obra, frente a las cuestiones de su tiempo, de ahí su entusiasmo por los toros.  Encontramos en él contradicciones y aciertos de una época que intenta reformar la sociedad pero sin cambiar los intereses y valores heredados del pasado.
Su fama como poeta se asienta con dos poemas de tema taurino, el primero Fiesta de toros en Madrid y el segundo Canción a Pedro Romero, torero insigne.  Va a ser este segundo poema el que utilizaremos como objeto de análisis. Se trata de una silva de rima libre, compuesta por versos endecasílabos y heptasílabos. El tema taurino está presente a través del homenaje a Pedro Romero, dicho homenaje se inspira en los epinicios de Píndaro.  Encontramos en el poema símbolos de renovación poética que se corresponden con la sensibilidad del Rococó, mundo refinado y frívolo pero que convive con los temas útiles que se impondrán en la poesía ilustrada. Encajamos en esta tendencia el poema pues todavía no llega a la doctrina ilustrada, las alusiones mitológicas están presentes en casi todo el poema y la musicalidad no se aleja de los versos, muy distantes todavía del prosaísmo ilustrado también. 
El contraste entre la fiesta popular y las alusiones cultas a mitos clásicos perjudica a la expresividad del conjunto del texto, que parece todavía ligado a la tendencia barroca, no reduce la nota mitológica a dimensiones domesticas y familiares como sucederá en los años venideros. Es por eso que lo más logrado del texto es la descripción que hace de la faena del torero donde abandona Moratín durante algunos versos la mitología antigua. El lenguaje es muy sensual aunque más simplificado y aligerado que en el Barroco.

Letrillas. A unoslindos ojos. Juan Meléndez Valdés

Meléndez Valdés, con talento poético pero “sin fuerza creadora ni originalidad rigurosa”, de tendencia afrancesada, es el autor en el que mejor conviven las tendencias rococó, neoclasicismo ortodoxo y heterodoxo.
Este poema de temática amorosa está compuesto por metros cortos. Cargado de adjetivos y descripciones sensuales que hacen rebosante de sensualidad las bellezas de la amada.
Utiliza un paisaje estilizado, amable e intrascendente que sirve de escenario para la evolución de las amadas, pero del que no se dan detalles físicos sino que está “en el aire” solo atento a la descripción de los atributos de la mujer. Se observa aquí también un cauce retórico por el que se expresan sentimientos sinceros y personales de manera pudorosa pero sin el psicologismo romántico. Podemos ver en este poema como la sensibilidad rococó no desaparece aun cuando dominan otras direcciones de la lírica ilustrada que utiliza formas más amplias y un lenguaje menos musical y sensorial, con temas de más trascendencia.
Vemos en Meléndez Valdés cuando repite el estribillo  <<tus lindos ojuelos me matan de amor>>  este concepto afín a lo pequeño, infantil e inocente representa un ingrediente de la estética rococó que es la miniatura y lo íntimo.



En alabanza de uncarpintero llamado Alfonso. Nicasio Álvarez de Cienfuegos

La poesía de Cienfuegos se mantiene dentro de los márgenes del último Neoclasicismo, pero evidencia ya un afán por romperlos. La llama ilustrada cobra en Cienfuegos un tono sentimental y se aproxima cordialmente a las realidades humildes, a los trabajadores y al pueblo, es precisamente esto lo que le ha dado el calificativo de poeta social, y es sin duda a partir de este poema el texto que permite llegar a esa conclusión.
En esta alabanza, el poeta con mucho atrevimiento para su época se interesa por el trabajo manual e incluso canoniza al protagonista del poema como Santo Alfonso que cae y desfallece de hambre mientras a su alrededor la nobleza se reparte las riquezas y se queja de vicio. Esto no es más que un reflejo de la filantropía a la que había llegado la mentalidad ilustrada, llena de cinismo queda plasmada con melodramatismo en este poema.
Parte el poema de una cita de Séneca que dice que la virtud sepuede encontrar en las manos callosas. En la métrica los versos son cada vez más largos quedando patente la tendencia al prosaísmo que tanto triunfa en el neoclasicismo heterodoxo.
En el poema podemos ver como la virtud misma está llamando porque nadie se ocupa de ella y el poeta para vengarla, alzará mil tempestades y le construirá templos.
La palabra clave es la virtud, que con la misma raíz latina que la palabra fuerza quedan representadas en la sociedad estamental con el noble: la nobleza quien está desposeída de virtud, está ociosa.  Es por eso que la virtud huye.
Haciendo uso del tópico del menosprecio de corte y del noble inútil, tiene también crítica para Dios pues, si este es padre de todos como es posible que solo los poderosos usurpen el poder y nublen la verdad.

Vemos en estos tres poemas la evolución de la poesía del siglo XVIII. Como avanza desde una lirica vacía, musical, versificada y adornada con temas grecolatinos, a una poesía de denuncia social y prosaica, pues era la prosa según decían el único medio de transporte posible para la verdad.

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