El pasado
día 10 de marzo pudimos asistir a la presentación del nuevo libro de Carmen
Moreno, Sherlock
Holmes y las sombras de Whitechapel,
de la Editorial Licenciado Vidriera. Este
acto continúa con el programa de actividades literarias de La Consejería de
Cultura, a través del Centro Andaluz de las Letras (CAL).
El acto se realizó en el Café Teatro Pay Pay (Calle Silencio, 1. Cádíz) a las
19:30 y pudimos contar con la colaboración interventora de Rafael Marín.
Formalmente decimos que fue el acto de
presentación de un libro; no está mal presentar la premisa de tal manera, pero
sí nos hace tener la mosca detrás de la oreja a sabiendas de lo que
presenciamos allí: fue un acto de personalidades para nada personales. Es
decir, un acto con vocación a tertulia.
Se dio el caso gracias a la ambientación creada
por el Pay Pay: luz cobriza y tenue junto a una gran disponibilidad de asientos
que fueron cubiertos en mayor parte por la zona central frente al escenario.
La fría cerveza o la copa temprana, propiciaron unido
a la gracia gaditana, un intercambio de pareceres con el mayor desparpajo y
simpatía que uno pudiera desear. Y destacamos que se antojaría ilusorio en
otras circunstancias escuchar a los más gaditas del lugar hablar con tanta soltura
sobre el Londres victoriano, pero estábamos en el Pay Pay, donde reza uno de
sus eslóganes: «Déjense pervertir por el
Pay Pay».
Nos dejamos pervertir de una forma un tanto
sádica, ya que entre realidad, fantasía o realidad fantaseada, Carmen Moreno y
Rafael Marín, destacaron las dotes de Jack el Destripador para hacer de tal
despropósito cometido, un puzle sin resolver. Y ante tal rompecabezas, se nos
presenta el «cabesa», que diríamos en
Cádiz, el cual no es otro que Sherlock Holmes.
La obra, para no ser destripada, quedó en un
segundo plano para poder centrarnos en la propia vida del escritor Arthur Conan
Doyle, que resultó ser para los bisoños, inquietante e interesante, dada la
ávida curiosidad que despertaba en la mirada de los asistentes cuyas bocas se
entreabrían (lejos del bostezo) ante la singularidad de los comentarios de
Carmen Moreno y Rafael Marín.
Primero acto, luego tertulia y finalmente velada
deliciosa; acabó de una forma sencilla y sincera, con un público agradecido y
una autora aún más agradecida al advertir nuestras sonrisas entre la delicada
luz del Café Teatro Pay Pay.